EL MANTENIMIENTO Y LA LIMPIEZA DE LOS CUADROS

Como dice el refrán: «más vale prevenir que curar«. Si quitamos el polvo frecuentemente nos evitaremos tener que restaurar los cuadros de nuestro hogar u oficina.

No es aconsejable utilizar productos agresivos, si no sabe si el producto es o no agresivo tiene que probar primero con un «bastoncillo de los oídos» en una esquina con un poquito de producto. Es mejor no arriesgar y si realiza un mantenimiento quitando el polvo de vez en cuando, evitará problemas mayores.

Para eliminar el polvo que se ha acumulado en unos cuadros y marcos que tenemos casa, recomendamos utilizar un plumero desechable, ya que el polvo queda adherido en él, por lo que no lo esparciremos por el resto de la habitación.

Con este tipo de plumeros, al ser pequeños, podremos llegar a todas partes sin tener que mover los cuadros. Debemos presionar suavemente el plumero para que el polvo quede adherido a él. Es aconsejable no utilizar ningún producto sobre el plumero. Si estuviera muy sucio tendríamos que acudir a un especialista para que realizara la limpieza sin dañar nuestro cuadro.

CUANDO UN LIENZO ESTÁ MUY SUCIO

Lo primero que tenemos que hacer al restaurar nuestro cuadro es conocer la calidad de la obra.

· Si es antigua y de gran calidad-valor, será mejor llevar el lienzo a un especialista, ya que podríamos devaluar su precio con nuestra restauración.

· Si es un lienzo actual será todo mucho más sencillo:

Debemos comenzar limpiando el polvo del lienzo. Para ello, tenemos que buscar una aspiradora especial para este tipo de materiales con diferentes boquillas que alcancen todas las partes del marco. Si no está demasiado cargado de polvo lo limpiaremos mejor con un
plumero atrapa polvo desechable, (disponible en casi todos los supermercados). Lo pasaremos varias veces suavemente (sin presionar mucho sobre el lienzo) hasta que no quede polvo.

Si el lienzo necesita una limpieza más profunda, podemos aplicar una emulsión de disolvente especial que podemos comprar en tiendas de bellas artes (pida consejo en la tienda).

Comenzamos aplicando con un «bastoncillo de oídos» esta emulsión, en la esquina del cuadro para ver cómo reacciona. Si reacciona bien, seguiremos con un pincel aplicando poco a poco este disolvente. Calcule limpiar cada vez unos 5cm tanto de alto como de ancho y siga poco a poco hasta fi­nalizar la limpieza.

Con esta simple restauración conseguiremos que nuestro cuadro vuelva a brillar de nuevo. Se trata de una restauración sencilla, si su cuadro necesita más cuidados no dude en consultar con un restaurador.

Consejos para la correcta exposición de una obra de arte

• Alejarla de toda fuente que altere la temperatura ambiente aunque sea temporalmente. Es decir que no esté cerca de aparatos generadores de frío ni calor.
• Alejarla de la exposición directa a la luz del sol. Las radiaciones fuera del espectro visible y grados lux en exceso son muy nocivas para nuestros cuadros.
• Evitar humos que puedan alterar la pintura, evitar en lo posible la colocación de los cuadros muy cerca de chimeneas o salas donde se fume.
• Exceso de celo al limpiar los cuadros. Como mucho el plumero y con delicadeza.
• Alejarlo de restos de comida, orgánicos. Son un caldo de cultivo para todo tipo de insectos, xilófagos y microorganismos, evitar que estén cerca de cubos de basura.
• Almacenaje y Embalaje. La gran mayoría de obras de arte suelen estar compuestas de material de origen vegetal en sus soportes: tela, madera, resinas… Son materiales que siguen vivos e interactúan con el medio. Es decir, retienen y transmiten calor y humedad relativa. No es por tanto aconsejable meterlas en bolsas de plástico, mejor empaquetar con papel grande o con telas.
• Hable con un profesional cuando empiece a ver que algo va mal. Consiga que le vayan a ver sin coste, que le den una opinión seria y fi­able además de un presupuesto. Siempre es mejor coger a tiempo una alteración cuyo tratamiento de restauración es menor, que cuando los daños son irreversibles.