Este genuino artista encontró en el color y la pincelada su más preciado método de expresión.
Vincent van Gogh nació el 30 de marzo de 1853 en Groot-Zundert de Holanda y fue un pequeño inquieto, emocional con marcadas aptitudes hacia el dibujo. Pronto comenzó a trabajar en una galería de arte familiar donde creció su amor por la pintura. Años después, encerrado en la religión, se convirtió en pastor protestante y se trasladó a una región minera de Bélgica como misionero, donde comenzó a dibujar a la gente local. Aprovechando su estancia en Bélgica, se inscribió en la Academia de Bellas Artes de Bruselas en 1880, donde estudió dibujo y perspectiva. Pero no comenzará a sorprender con sus creaciones hasta que se traslada a Arlés (sur de Francia) en 1888, donde descubre la luz del Mediterráneo y los colores.
La figura imprescindible en su vida fue su hermano menor Theo, marchante de arte, quien le prestó apoyo financiero y moral de manera continuada y desinteresada. La gran amistad que les unió está documentada en las numerosas cartas que se intercambiaron durante su vida.
Pinturas fascinantes de un genio atormentado
En sus inicios como artista en Holanda, las pinturas de Vincent van Gogh combinaban el aspecto luminoso con tonos sombríos de entre las que se puede destacar la obra «Los comedores de patatas» o «Los campesinos comiendo patatas» (1885), en estas pinturas realistas y oscuras expresaba el sufrimiento y la miseria.
En 1886 se mudó a París donde continuó desarrollando su arte, gracias al descubrimiento del impresionismo y a codearse con los artistas del momento. Fue así como decidió incorporar más luz y color a su oscura paleta y a pintar con pinceladas cortas que daban un aspecto vibrante y único a cada una de sus obras. Se observa en este periodo una evolución e inmersión en la investigación psicológica en los retratos.
En 1888 viaja a Arlés (Francia) en búsqueda de la luz mediterránea y la naturaleza de los colores puros. Allí realiza numerosas pinturas con escenas rurales que mostraban a campesinos en sus tareas, campos y distintas construcciones características de la zona en la que vivía en esa época. Emplea en sus obras pinceladas ondulantes y colores intensos como el azul, amarillo y verde que se aprecian por ejemplo en la pintura «Calle en Auvers (1890)».
Van Gogh tenía el deseo de fundar junto a algunos amigos su propia escuela-colectivo de arte, este proyecto sólo se vio respaldado por el pintor francés Paul Gauguin, junto con el que pasa un periodo pintando los lugares históricos de Arlés. La convivencia de los dos artistas fue empeorando con el paso del tiempo, debido al carácter temperamental de ambos, rompiéndose por completo tras el famoso altercado de la oreja.
Versiones sobre el corte (o pérdida) de su oreja izquierda.
La versión oficial de la mutilación de la oreja de van Gogh afirma que el artista en un brote de locura se mutiló el lóbulo de la oreja izquierda con una navaja de afeitar, tras haber discutido acaloradamente con Paul Gauguin, en la noche del 23 de diciembre de 1888. Aún sangrando, Vicent van Gogh envolvió el apéndice en un trapo, camino hacia un burdel cercano y se la regaló a una a prostituta, quien se desmayó al descubrirlo. Acto seguido, Van Gogh fue a su casa y se acostó en su cama «como si nada».
Esta es la versión más popular del suceso la cual se suma a las muchas leyendas que rodean al mítico pintor holandés. Pero investigaciones recientes poner en duda la veracidad de esta historia.
Los últimos descubrimientos al respecto dicen:
La versión de los investigadores alemanes Hans Kaufmann y Rita Wildegans en su libro “Pacto de silencio” afirma que Van Gogh inventó una historia falsa para encubrir a su amigo Gauguin, y que la verdad es que Gauguin habría cortado el lóbulo del holandés con un golpe de espada durante una acalorada discusión.
Según Hans Kaufmann y Rita Wildegans, Van Gogh encolerizó cuando Gauguin le comunicó su decisión de dejarlo para siempre (los artistas vivían juntos), por lo que el francés se había defendido y en el intento de “deshacerse del loco” le habría asestado un golpe de espalda, cortando parte de la oreja izquierda de Van Gogh.
Otra versión es la de la escritora inglesa Bernandette Muyphy. Cuenta que lo sucedido esa noche de diciembre de 1888 fue, que el propio Van Gogh se había cortado la oreja mirándose en el mismo espejo que usaba para sus famosos autorretratos y la supuesta prostituta que la recibió como regalo, no sería tal, sino la hija de un granjero que trabajaba como encargada de la limpieza del famoso burdel.
A causa de diversos trastornos físicos y mentales, Van Gogh ingresaba periódicamente en un hospital de Arles y en un sanatorio mental de la mismo región. Durante sus internamientos realizaba numerosas pinturas en las que predominan los remolinos y los efectos pictóricos en árboles y cipreses. A pesar de su delicado estado de salud Vincent realizó unos 1.600 dibujos, además de 900 cuadros, entre ellos 27 autorretratos.
Debido a su condición psiquiátrica y tras un último episodio de crisis, él mismo se dispara en el estómago al terminar su inquietante obra «Cuervos sobre el trigal (1890)» . A causa de esta lesión el artista fallece el 29 de julio de 1890 en brazos de su querido hermano Theo Van Gogh.
La calidad de la obra de Vincent no fue reconocida en vida, sólo tras su muerte en 1890 se realizó una exposición retrospectiva. Su influencia es innegable y absoluta en el arte del siglo XX, especialmente en los artistas expresionistas alemanes y fauvistas.
Actualmente se le considera como unos de los grandes maestros de la historia de la pintura.
En 1973 se inauguró el Museo Vincent van Gogh en la ciudad de Ámsterdam donde se encuentran muchas de sus afamadas pinturas.